LEÓN MARÍA LOZANO
EL CÓNDOR
Hace 51 años se
publicó la novela “Cóndores no entierran
todos los días”, escrita por Gustavo Álvarez Gardeazábal, que narra cómo surgió
el terror bajo el mando de León María Lozano en la ciudad de Tuluá y el norte
del Valle del Cauca, en el marco de la violencia agenciada por los dos partidos
tradicionales, luego del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán el nueve de abril de
1948. Violencia que aparentemente culminó cuando los jefes de esos dos partidos
hicieron un acuerdo de paz y fundaron lo que se llamó el Frente Nacional en
1958. Pues ese ciclo de violencia terminó para dar vida a otros, como la época
de los bandoleros, y luego, el nacimiento de las guerrillas comunistas.
La novela de
Álvarez Gardeazábal marcó un hito en la narrativa sobre la violencia, por su
escritura y concepción creadora, que une la fábula con la historia real, y pone
en escena a la ciudad de Tuluá como un personaje que sufre, junto con muchos ciudadanos
de esa región, el terror agenciado por el Cóndor. Así se apodó a León María, cuando
alguien hizo una analogía entre los “pájaros”, que eran grupos de militares y
paramilitares al servicio del partido conservador, y el Cóndor, que es el rey
de las aves que viven en los Andes.
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