sábado, 20 de agosto de 2022

HISTORIA NARRACIÓN Y EMANCIPACIÓN

 

HISTORIA NARRACIÓN Y EMANCIPACIÓN

Por Guillermo Pérez La Rotta

Departamento de Filosofía

 Texto publicado en Revista Clioscopio

Departamento de Historia

Universidad del Cauca

2021


Este artículo propone relaciones cognitivas entre la historiografía y la narración, y postula consecuencias de esta vinculación desde el punto de vista filosófico, al sugerir un sentido que se despliega entre la vida cotidiana, la historia y la emancipación  humana. Ilustra el texto posibles aportes de la relación entre cine, literatura e historia, a la luz de una obra publicada por el autor y María Teresa Pérez. Se sustenta en aportes de autores como Paul Ricoeur y Agnes Heller.

Palabras clave: Historiografía, Historia, Narración, Explicación, Temporalidad, Entidades, Vida cotidiana, Emancipación.


1

LA RELACIÓN ENTRE HISTORIA Y NARRACIÓN




                                                                    PAUL RICOEUR




En su libro Tiempo y narración (1985. Tomo I. 297)  Paul Ricoeur explica su visión acerca del valor de la experiencia humana desde la apertura que tendría una relación entre la historiografía y la narración: hay un sentido de la intencionalidad histórica, de carácter poético, que motiva a la cualidad histórica de la historia, y evita que ella se disuelva en los saberes con los que la historiografía llega a unirse por un matrimonio desde la razón, con la economía, la geografía, la demografía, la etnología y la sociología de las mentalidades y de las ideologías. Ese matrimonio racionalista parece una limitación, pues no alcanzaría a calar en una profundidad de la vida cotidiana de las sociedades, y por ende no integra una textura de experiencia y vivencia humana.




Ahora bien, ¿Cómo podemos entender el carácter poético de la intencionalidad histórica? ¿Cómo puede ser esto posible? En principio, por el hecho de que la fábula narrativa que refleja la vida humana ordena los acontecimientos en el tiempo, según el antes y el después. Y al retomar la vida desde esta configuración se convierte en una ficción, pero al mismo tiempo puede aparecer como un parangón para la historiografía. El valor de este aporte está fundado en la mímesis, en la representación de la vida humana desde las particularidades de acción y personajes, constituidas como una trama (1), las cuales se aproximan desde la distancia (2) propia de la ficción, hacia una expresión vivencial y participativa de nuestra existencia.

Por semejanza, el conocimiento histórico versa sobre la explicación que se realiza acerca del desarrollo de un mundo, una sociedad, una comunidad, según el antes y el después, y de los acontecimientos o los períodos de un tiempo histórico que pueden interesar al historiador, para adelantar dicha explicación. Naturalmente, ésta puede tener un carácter ideológico y una postura que el historiador intenta legitimar en un diálogo con los colegas y la humanidad. Habría entonces una génesis del sentido histórico, que nos remite a un mundo cultural como acción y símbolo, operantes en la vida social, y que la narración reconfigura significativamente desde su poética. Se trata de bajar, desde el talante conceptual y explicativo del historiador, hacia ese mundo de acción y símbolos, tomando como intermediaria a la narración. Pero a la vez, de volver a dichas explicaciones historiográficas, para integrarlas nuevamente en su valor comprensivo, con el aporte de las significaciones encontradas en el análisis de las narraciones que retoman a la vida humana.



                                             PAUL RICOEUR


En el siguiente cuadro analítico apreciamos comparativamente las operaciones de la historiografía y de la narración, en función de una posible integración de perspectivas:

 

INTENCIONALIDAD HISTÓRICA

DIFERENCIAS Y SEMEJANZAS ENTRE LA HISTORIOGRAFÍA Y LA NARRACIÓN

 

 

HISTORIOGRAFÍA

NARRACIÓN

PROCEDIMIENTOS

Lo explicativo es un principio autónomo de búsqueda y resultado.

Se da por un desarrollo sobre evidencias, y genera conceptos y juicios. 

Se busca una objetividad explicativa sobre sucesos y/o períodos, que genera una interpretación con pretensión de verdad argumentada.

La objetividad tiene un límite, que depende de la ideología del historiador; éste debe decir sus presupuestos y validarlos.

La explicación apunta a una comprensión de la acción de individuos. El mundo, en ese desarrollo de causas y efectos, igualmente afecta a los individuos. De ahí que nuestra realidad como personas, tenga una gran relación con  nuestro ser histórico (3).

Lo explicativo es inherente a la narración. Hay que seguir descriptivamente lo narrativo hacia posibles explicaciones sobre  tramas y carácter de los personajes.

Importa la particularidad del relato, como suceso ordenado bajo ciertas leyes internas que dan suspenso, como drama, comedia, y otros.

Interesa para el relato, que el espectador suspenda su incredulidad, y por ello cuenta la historia con verosimilitud (mímesis - identidad narrativa)

El mundo aparece como algo imaginario, con cierta coherencia interna, haciéndose. (Por medio de la Ficción)

Los individuos, los lectores, pueden abrirse al mundo histórico desde tramas y personajes (hacia posibles cruces y claves explicativas)

ENTIDADES

Objetos apropiados a la explicación. Ejemplo: la nación argentina en un período, la economía de una nación, la familia. Son entidades generales

Lo narrado refiere a agentes personales, a sujetos.

¿Puede otorgarse a una nación cierto carácter de personaje? Sí. Domingo Faustino Sarmiento, une a Facundo con parte de la nación argentina, hace biografía y sociología, como algo en conjunto para explicar. Por eso su texto comunica los dos niveles en juego: historiografía y biografía, como cierta forma de relato, al contar la vida del caudillo Facundo

TEMPORALIDAD

En principio, el tiempo no tiene necesariamente un vínculo con la memoria de lo individual. (pero puede tenerlo)

Se ordena el tiempo por intervalos homogéneos que implican causalidad. (Relación con explicar)

Hay distintos tiempos en juego, bajo esa homogeneidad: la larga duración, el período, la coyuntura, el acontecimiento.

La temporalidad (narrativa) del lector puede abrirse a la temporalidad de la historiografía, en un esfuerzo interpretativo y en una comprensión de sí, y del mundo.

El tiempo es el de la acción que ofrece la evolución de los personajes.

Como orden, el tiempo se concentra y también se elide para dar siempre una unidad que implica un relato más corto que la historia.

Todo eso da fuerza a la unidad del relato, como tensión entre la armonía buscada, y las fuerzas discordantes, desde peripecia y cambio (estética – poética).

Todo ello conecta o supone posibles explicaciones, al analizar el curso del relato.

Y re-crea la temporalidad del lector.

SEGUNDO MOMENTO DE LA COMPARACIÓN:

INTERCAMBIOS

Y

RELACIONES

ENTRE HISTORIOGRAFÍA Y NARRACIÓN

Explicar, puede ser el resultado de adoptar un punto de vista narrativo cómico, trágico, etc.

Aunque el historiador siempre está ante hechos, archivos, documentos, etc. y los interpreta, los trae de alguna fuente, y los eleva a comprensión y sentido conceptual en el tiempo, como una conexión entre el pasado y su presente.

 Los historiadores pueden tener un punto de vista trágico, irónico, épico, en la trama que construyen para explicar los hechos (4).

Narrar es una forma de explicar, y ello ocurre desde la lógica de la trama. Por ello la narración conlleva hacer un juicio, que está en juego en la interpretación.

 

 

 

El historiador puede jugar con diversidad de explicaciones, pero suponemos que intenta acompasarlas en un todo coherente. Punto de vista de un narrador que acoge las versiones múltiples, en una polifonía, y él, como narrador, entra dentro de ella, con su visión particular. Girar en torno a un acontecimiento trágico y desdoblarlo en múltiples caras explicativas, y al mismo tiempo, parciales, de un todo que hay que seguir abriendo. Sentidos políticos, éticos, psicológicos, sociales, ideológicos en juego. El autor como un demiurgo que encanta. Y nos induce también a pensar (5).

La historia contada juega con resultados variados, según criterios del escritor.

Ella depende de lo que la fantasía del escritor quiera hacer para dar lugar a diversos sentidos de su relato (6).

 

Las entidades tienen en cierta forma la marca de los agentes concretos, pero ello sólo en alguna medida, porque la historia no acontece simplemente, únicamente por ellos y su acción. La historia tiene una consistencia ontológica, como proceso humano y general de una sociedad

 

 

 

 

 

 

 

 

2

Historia vida cotidiana y emancipación




                                              AGNES HELLER



El planteamiento que resulta de este cuadro comparativo, ostenta una importante relación cognoscitiva de diferencia y semejanza entre historiografía y narración, que permite crear explicaciones y expresiones profundas y vívidas de una época o sociedad. Y esto depende de la revelación heurística que muestra la original afinidad entre narración, historia y vida cotidiana. La filósofa Agnes Heller lo argumenta de modo similar a Ricoeur. La historia amplia que el historiador trata de comprender con su escritura,  tiene su origen y sentido en la vida cotidiana, en aquella vida cotidiana que es retomada por las narraciones y que ostenta un sentido esencialmente temporal.  (Heller.1997. 49 y stes). Toda acción, se orienta a un fin. Eso que todavía no se ha alcanzado. Es el futuro. Pero a su vez, sin futuro, no hay presente. Tenemos que dibujar el futuro, a una distancia equivalente a la que hay entre nosotros y nuestros fines cotidianos. Por ello es importante la memoria de los seres humanos, y su transmisión y recreación por distintos medios. La memoria trae al presente aquello que en alguna medida lo enriquece existencial y éticamente, para proyectar el futuro. Y esto es cotidiano, y ocurre en la experiencia de cualquiera de nosotros.

La historia no es una determinación absoluta sobre los hombres, tiene una causalidad compleja, económica, política, cultural, y está siempre abierta a que en su seno se den desenlaces variados; pero, allí, en el contexto de las determinaciones  y entidades complejas del devenir social, siempre se dará la libertad de los sujetos en juego con ese contexto, allí importan los seres humanos de carne y hueso, con su libertad y su acción. La vida cotidiana, entendida desde el anterior sentido, supone  una comunión, que refiere a los diferentes presentes en juego, al acontecimiento que sucede siempre como un conmutador de la comunión social. Y que a veces se proyecta novedosamente buscando el cambio o acumulando las tensiones sociales hacia su explosión. La comunión -yo y el otro, mi familia, mi trabajo, mi barrio, mi patria-, están enraizados en la vida cotidiana. Esto supone el ser y estar en el mundo, como una condición ontológica en la que nos movemos todos, y particularmente, con el tiempo que nos atañe y nos lleva hacia la muerte, pero también hacia el legado que daremos. Implica siempre, de forma efectual y fáctica, la historicidad, el “Ahora mismo”, el “Mientras tanto”, el “Después”, o el “Antes” (Heller.1997.50).

 



                                               AGNES HELLER



Los momentos reales y vivenciales del tiempo, suscitan la necesidad de comprender por parte de un ser humano, en una circunstancia temporal de su vida y de la de sus semejantes que son su reflejo necesario, contradictorio o armónico. Entonces se abre aquella necesidad de muchas maneras, con los ojos o la acción, con el logos o el símbolo. O aún más, de comprender por parte del arte narrativo, de la historiografía y de la filosofía de la historia. Por ello, todos somos filósofos de la historia en algún grado de su posible proyección desde y sobre nuestras vidas. La consecuencia de este horizonte de la comprensión, es la responsabilidad compartida, y la subsecuente responsabilidad humana de interpretar los valores en relación con el presente histórico y el futuro. 

Por todo lo expuesto, se patentiza para nosotros la necesidad de una filosofía de la historia. Diremos que en esencia, en el marco de las explicaciones historiográficas se juega la crítica y la valoración posible de lo emancipativo, en el contexto de los conflictos internos de una sociedad en particular o de la humanidad, como un proceso siempre en juego, que no es un resultado definitivo, pues puede haber retrocesos políticos y sociales, como efecto de los intereses de poder en juego, o de catástrofes producidas por la naturaleza o por el ser humano (7). Pero aun así, este proceso tiene un carácter emancipativo y liberador, que la filosofía, junto con las ciencias humanas y sociales, puede y debe valorar críticamente (8).

 

 

3

Cine Literatura y Sociedad

 


  FILME LA MUJER DEL PUERTO

En la investigación que realizamos junto con la profesora María Teresa Pérez sobre cine latinoamericano, literatura y sociedad (2018), intentamos tejer relaciones entre historiografía y narración fílmica, desde diferentes temáticas: 1) la nación y el territorio, como proceso de formación en algunas de las repúblicas latinoamericanas, 2) balance parcial de ciertas dictaduras del siglo XX, 3) familia y sociedad  4) y los universos femeninos. Todo ello en un marco temporal que puso un acento importante en el siglo XX, y bajo una hermenéutica que dialoga entre los linderos de las dos disciplinas en juego, la crítica fílmica o literaria, y la historiografía, buscando ampliar con ello unos sentidos comprensivos. Entonces aparecían recurrencias simbólicas o ideológicas, evidenciadas por diferentes tratamientos explicativos o narrativos, como una empresa que al mismo tiempo recogía aportes de historiadores, filósofos o sociólogos, como relaciones circulares que nosotros intentamos comprender desde nuestra propia visión. Un ejemplo de ello es la correlación que surge entre el machismo y el patriarcalismo, en relación, primero con las dictaduras del cono sur –analizadas desde la guerra fría y la lucha de clases-,  y en segundo lugar, con las narraciones sobre familia y mujer.


FILME CAMILA

Ahora bien, las explicaciones históricas que surgen frente a las dictaduras, junto con las visiones personales de los narradores fílmicos o literarios, nos ofrecen un círculo más amplio de comprensión, si las relacionamos con los universos femeninos y con el devenir de la familia en Latinoamérica. (9). Todo como una interrelación hermenéutica entre historiografía, narración literaria y expresión fílmica. En otras palabras, como un acercamiento que puede repetirse indefinidamente en tanto es un juego entre la situación temporal del historiador, su intento de explicar y comprender, y el movimiento mismo de la historia que proyecta este proceso hacia el infinito. Y según el juego de la temporalidad existente entre el mundo del historiador y el mundo pasado que él intenta comprender. Con lo cual se aproxima indefinidamente, en un movimiento temporal interminable, el pasado y el presente; que aparecen siempre en un devenir hacia el futuro, hacia lo que adviene, y con ello, hacia la realización humana y sus avatares, su progreso y esperanza, en la dialéctica de las posiciones culturales, políticas y económicas que buscan conservar tradiciones selectas de emancipación, o hacerlas fracasar nuevamente. Y entonces, con Marx podemos confirmar la siguiente visión:

“Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y transmite el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos”. (Marx. 1974. 23)

Concluimos estas reflexiones con el siguiente juicio: al tratar de  revolucionar el orden de cosas, -en cualquier sentido- los hombres del presente, siempre se encuentran con los espíritus del pasado. Y estos les ayudan. Lutero se disfrazó de apóstol Pablo, según Marx. Pero también diremos nosotros, que el cura Miguel Hidalgo, en México, se encontró con los espíritus del pasado, cristianos, que le permitían en cierta coyuntura, trabajar ideológicamente contra la metafísica reaccionaria de la Iglesia oficial, para proyectar una lucha revolucionaria y libertaria. Y de la misma forma luchó el linaje de Túpac Amaru en el Perú, acudiendo a la ayuda de los espíritus de los Incas.



                                             FILME CORONACIÓN

 

                                                                   NOTAS

1 “…el relato configura el carácter duradero de un personaje, que podemos llamar su identidad narrativa, al construir la identidad dinámica propia de la historia contada. La identidad de la historia forja la del personaje. Esta coordinación entre la historia contada y el personaje fue defendida, por primera vez, por Aristóteles en su Poética. De hecho, dicha coordinación parece aún mayor en este texto, pues adopta la forma de una subordinación. En efecto, en la historia contada, debido al carácter unitario y completo  que le confiere la operación de elaborar la trama, el personaje conserva, a lo largo de la historia, la identidad correlativa a la de la propia historia”. Paul Ricoeur. “La identidad narrativa”. En Historia y narratividad. Paidós. México. 1999. Pg. 218.

 2 Según Ricoeur “el mundo del texto del que hablamos es pues el del lenguaje cotidiano; en este sentido, constituye un nuevo tipo de distanciamiento que se podría decir que es de lo real consigo mismo. Es el distanciamiento que la ficción introduce en nuestra captación de lo real. Lo hemos dicho, un relato, un cuento, un poema tienen un referente. Pero este referente está en ruptura con el del lenguaje cotidiano; mediante la ficción, mediante la poesía, se abren en la realidad cotidiana nuevas posibilidades de ser-en-el-mundo; ficción y poesía se dirigen al ser, no ya bajo la modalidad del ser-dado, sino bajo la modalidad del poder ser. Por eso mismo, la realidad cotidiana es metamorfoseada gracias a lo que se podría llamar las variaciones imaginativas que la literatura opera en lo real”. “Paul Ricoeur. “La función hermenéutica de distanciamiento”. En Del texto a la acción. Ensayos de hermenéutica II. F.C.E. México. 2000. Pg. 107-108

 3 “Un acontecimiento tiene categoría de tal porque no es repetitivo, y por consiguiente, tampoco lo son las acciones a que da lugar…Puesto que las decisiones humanas han tenido por lo menos algo que ver en estos acontecimientos (en el hecho de provocar la guerra, en el combatir, etc.) y que su efecto no se puede reducir  a la  nada  (o, al menos, esto habría que demostrarlo), pueden tomarse en consideración los diversos tipos de motivaciones personales (individuales o colectivas) y considerar el resultado del acontecimiento como efecto de estas motivaciones, como consecuencia de varias voluntades humanas”. Agnes Heller. Teoría de la historia. Ediciones Fontamara. México. Págs. 104-105. Resaltamos una consecuencia de esto para la historiografía, en el horizonte de relación entre un personaje o individuo, y el acontecer general histórico: Carlo Ginsburg y su libro El queso y los gusanosEl cosmos según un molinero del siglo XVI (Ariel, 2016), fue publicado por primera vez en 1976. Cuenta un fragmento de la vida de Doménico Scandella, alias Menocchio, un molinero que fue quemado en la hoguera por la Santa Inquisición en el siglo XVI, tras un proceso que duró quince años, por haber dicho a quien quisiera escucharlo que el mundo no fue creado por Dios sino a partir de un caos primigenio, para lo cual utilizó la metáfora del queso y los gusanos: "Yo he dicho que por lo que yo pienso y creo, todo era un caos, es decir, tierra, aire, agua y fuego juntos; y aquel volumen poco a poco formó una masa, como se hace el queso con la leche y en él se forman gusanos, y éstos fueron los ángeles; y la santísima majestad quiso que aquello fuese Dios y los ángeles", declaró el acusado. (Cita referida en el prólogo al libro de Patricia Enciso, por su autor: Guillermo Páramo. También interesa para ilustración, la investigación de la historiadora Patricia Enciso Patiño, titulada Del desierto a la hoguera (1995).Es un caso de indagación que nos relata la vida de Joseph Ximénez, sujeto que viajó de España a la Nueva Granada, huyendo de su implicación criminal en un drama pasional. Luego de ser engañado por su mujer en algún rincón del actual departamento del Huila, se convierte en un místico ermitaño que deriva por este territorio del imperio español hasta llegar al desierto de La Candelaria. En su trato con los monjes del monasterio, es denunciado ante la Santa Inquisición de Cartagena, por sus raras interpretaciones sobre la virgen y Jesucristo, entonces es detenido, juzgado y quemado. Sobre esta investigación dice el antropólogo Guillermo Páramo: “…el rigor histórico puede tener los efectos de un acto de magia: puede construir arquetipos, mitificar; Menocchio ya se esboza como mito. La pericia del historiador de vidas se medirá en mucho por su eficacia en detectar y presentar un paradigma, en resucitar e inmortalizar. Y hay figuras que una vez señaladas se levantan rápidas. Una de ellas es, sin duda, el protagonista de esta obra. Rescatada –como la de Menocchio- de un archivo inquisitorial, la vida de Joseph Ximénez sale– también como la del panadero de Ginsburg- del anonimato de las clases ignoradas”. (Cita, del prólogo al libro de Patricia Enciso).

4 Según el historiador Hayden White, el historiador francés Jules Michelet se enfrenta a la visión irónica de la historia que tenían románticos como Constant, Novalis o Carlyle, para rescatar un enfoque metafórico que da identidad fundamental de las cosas, y del campo histórico mismo. Y ello es lo que le confiere validez científica a la historiografía. Identidad, en este sentido: hay un aspecto único del todo, y lo individual funciona en la explicación en relación simbólica de la unidad del todo; esa unidad es un proceso y una meta por alcanzar. Por eso la historiografía ha de exhibir el proceso hacia esa meta: la narración como lucha de la virtud esencial contra el vicio virulento pero finalmente transitorio, la tiranía y la justicia en juego, el odio y el amor, el vicio y la virtud, en lucha, con algunos momentos de armonía, como al inicio de la revolución francesa, en la mira de buscar la unidad final del hombre con el hombre, con la naturaleza y con dios; dios, la naturaleza, la humanidad en general, la historia, son metáforas de esa plenitud. Todo esto se da en su Historia de la Revolución Francesa. (Págs. 148-149. Metahistoria).

 5 El bogotazo (1984) de Arturo Alape, sería un conspicuo ejemplo de esta posibilidad a la vez narrativa e histórica, al combinar en una pluralidad de voces, el antes, el ahora y el futuro del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán.

6 En el filme Camila, (Dir. María Luisa Bemberg. 1984), la “Perichona”, abuela de Camila O´Gorman, se desarrolla como personaje en una relación singular con Camila, la cual es inventada por la directora del filme. Desde esa trama, se abre el mundo histórico de la dictadura de Juan Manuel de Rosas en Argentina. La fantasía es entonces explicativa, y debe ser interpretada para abrir sus posibles significados. Los dos personajes en cuestión son históricos, pero su relación ha sido edificada bajo una fantasía explicativa.

7 La pandemia que sufrió la humanidad  así lo demuestra.

 8 Postulamos una conexión íntima entre la filosofía y las ciencias humanas y sociales, que proviene, en una de sus fuentes modernas, de la distinción kantiana entre naturaleza y libertad. Y del desarrollo de un criterio epistemológico, ético y político para dichas ciencias. Éstas no pueden asumirse en su conocimiento del hombre y la sociedad, desde un restrictivo estatuto epistemológico naturalista, copiado del modelo cognoscitivo de las ciencias naturales; lo que las confinaría en un funcionalismo regulativo de la vida social y humana, en función de mantener un status quo cualquiera. En aras de ese positivismo, inculcado incluso en la historiografía, llegó un historiador a decretar hace unas décadas, el fin de la historia. Al preguntar sobre el origen histórico de las ciencias humanas, encontramos fundamentalmente a la antropogénesis humana, ocurrida desde hace millones de años, con el resultado de un horizonte de sentido de autorrealización y autorreflexión humana; pero a su vez, este horizonte evidencia una nueva vinculación entre naturaleza y libertad que la filosofía kantiana no alcanzó a conciliar, en su intento por diferenciar críticamente a la ciencia de la metafísica; y al reconducir esta última hacia un sentido ético o estético. Entonces, la historia, ontológicamente hablando, en su sentido de realización humana en la naturaleza, es una de las claves comprensivas de la compleja conexión entre naturaleza y libertad humana. Y ese contexto, a nuestro entender, inalienable, nos exige pensar el sentido humano pero también natural de la vida, hoy y mañana; sobre todo frente a la destrucción que actualmente nuestro esquema económico y tecnológico adelanta contra el planeta. Se aprecia desde este punto de vista, el núcleo ético y político de esta problemática sobre la integridad de las ciencias, y el papel crítico de la filosofía. Así como la importancia de vincular nuevamente a las ciencias naturales dentro de la órbita comprensiva y ética de las ciencias humanas y sociales.




FILME DANZÓN



9 Allí escribimos: “La libertad también se construye en las evoluciones subjetivas de personajes ficticios o reales, que bajo la dramatización narrativa destilan formas intensas de autoconciencia. Como es el caso de los sujetos femeninos en su derivar en medio de sociedades patriarcales, sujetos que sufren y reflejan profundas transformaciones durante el siglo XX. Desde la simbolización femenina de una Veracruz prostituida y manifiesta como misógina perdición de la mujer (La mujer del puerto), hasta una Veracruz liberada, espontánea y artística (Danzón). O en esa dialéctica de la libertad que encontramos en el sino trágico de Violeta Parra, donde emerge ella misma como conjunción existencial de arte y conciencia crítica, en el seno de la tradicional sociedad chilena, y en la entraña de los Andes indígenas, para convertirse en un símbolo de libertad que aunó una labor educadora con la expresión artística, al recoger y proyectar las tradiciones campesinas del canto y la poesía (...) El orden patriarcal, como institución reforzadora del orden oligárquico y de la dictadura –y aquí surge nuevamente como ejemplo el símbolo del macho tiránico de la novela de Vargas Llosa-, puede encontrar una contraparte real, e igualmente utópica, en algunos signos libertarios, todos ellos relativos, pero siempre esperanzadores. Pues ciertamente lo femenino puede ser patriarcal y tiránico, atávico en la preservación del staus quo, y un pequeño ejemplo de ello es otra simbolización que interpretamos en esta investigación: la figura de Elisita en la novela de Donoso (Coronación). Pero en el otro extremo, en la evolución de la familia durante el siglo XX, se encuentran autorreflexiones literarias y fílmicas que subvierten el orden patriarcal y afirman las subjetividades, sean ellas masculinas o femeninas. De esta manera la representación ficcional, histórica o inventada, apunta al gran referente de la emancipación femenina durante el siglo XX (…) O finalmente, los gestos libertarios, y más o menos solitarios, de las mujeres de Calama que buscaban rescatar los restos de sus muertos como una forma de dignidad a reivindicar, ante una sociedad chilena, que como todas sus hermanas de América Latina, ha de transitar desde la memoria crítica de los grandes conflictos sociales del siglo XX, hacia una reflexión que tiene sus intencionalidades prácticas y políticas: la progresiva construcción emancipativa de la democracia y la libertad. (Pérez La Rotta/Pérez Hernández. 2018.460).


 



BIBLIOGRAFÍA

Paul Ricoeur. Tiempo y narración 1985. Tomo I. Siglo XXI editores. México.1995. 

Paul Ricoeur.  Historia y narratividad. Paidós. México. 1999.

Paul Ricoeur. “La función hermenéutica de distanciamiento”. En Del texto a la acción. Ensayos de hermenéutica II. F.C.E. México. 2000.

 Agnes Heller. Teoría de la historia. Distribuciones Fontamara. México. 1997.

 Patricia Enciso Patiño. Del desierto a la hoguera. Ariel. Bogotá. 1995.

Hayden White. Metahistoria. La imaginación histórica de la Europa del siglo XIX. F.C.E. México. 1992.

Arturo Alape. El bogotazo. Editorial Pluma. Bogotá. 1984.

Guillermo Pérez La Rotta / María Teresa Pérez. Cine latinoamericano, literatura y sociedad. Gamar editores. Popayán. 2018.

Carlos Marx. El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte. Editorial La Oveja Negra. Medellín. 1974.

 

 

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