HISTORIA
NARRACIÓN Y EMANCIPACIÓN
Por
Guillermo Pérez La Rotta
Departamento
de Filosofía
Texto publicado en Revista Clioscopio
Departamento
de Historia
Universidad
del Cauca
2021
Este
artículo propone relaciones cognitivas entre la historiografía y la narración,
y postula consecuencias de esta vinculación desde el punto de vista filosófico,
al sugerir un sentido que se despliega entre
la vida cotidiana, la historia y la emancipación humana. Ilustra el texto posibles aportes de
la relación entre cine, literatura e historia, a la luz de una obra publicada
por el autor y María Teresa Pérez. Se sustenta en aportes de autores como Paul
Ricoeur y Agnes Heller.
Palabras clave: Historiografía, Historia, Narración, Explicación, Temporalidad, Entidades, Vida cotidiana, Emancipación.
1
LA
RELACIÓN ENTRE HISTORIA Y NARRACIÓN
PAUL RICOEUR
En su libro Tiempo y narración (1985. Tomo I. 297) Paul Ricoeur explica su visión acerca del
valor de la experiencia humana desde la apertura que tendría una relación entre
la historiografía y la narración: hay un sentido de la intencionalidad
histórica, de carácter poético, que motiva a la cualidad histórica de la
historia, y evita que ella se disuelva en los saberes con los que la
historiografía llega a unirse por un matrimonio desde la razón, con la
economía, la geografía, la demografía, la etnología y la sociología de las
mentalidades y de las ideologías. Ese matrimonio racionalista parece una
limitación, pues no alcanzaría a calar en una profundidad de la vida cotidiana
de las sociedades, y por ende no integra una textura de experiencia y vivencia
humana.
Ahora bien, ¿Cómo
podemos entender el carácter poético de la intencionalidad histórica? ¿Cómo
puede ser esto posible? En principio, por el hecho de que la fábula narrativa que
refleja la vida humana ordena los acontecimientos en el tiempo, según el antes
y el después. Y al retomar la vida desde esta configuración se convierte en una
ficción, pero al mismo tiempo puede aparecer como un parangón para la
historiografía. El valor de este aporte está fundado en la mímesis, en la
representación de la vida humana desde las particularidades de acción y
personajes, constituidas como una trama (1), las cuales se aproximan desde la
distancia (2) propia de la ficción, hacia una expresión vivencial y participativa
de nuestra existencia.
Por semejanza, el
conocimiento histórico versa sobre la explicación que se realiza acerca del
desarrollo de un mundo, una sociedad, una comunidad, según el antes y el
después, y de los acontecimientos o los períodos de un tiempo histórico que
pueden interesar al historiador, para adelantar dicha explicación. Naturalmente,
ésta puede tener un carácter ideológico y una postura que el historiador
intenta legitimar en un diálogo con los colegas y la humanidad. Habría entonces
una génesis del sentido histórico, que nos remite a un mundo cultural como
acción y símbolo, operantes en la vida social, y que la narración reconfigura significativamente
desde su poética. Se trata de bajar, desde el talante conceptual y explicativo del
historiador, hacia ese mundo de acción y símbolos, tomando como intermediaria a
la narración. Pero a la vez, de volver a dichas explicaciones historiográficas,
para integrarlas nuevamente en su valor comprensivo, con el aporte de las
significaciones encontradas en el análisis de las narraciones que retoman a la
vida humana.
PAUL RICOEUR
En el siguiente cuadro
analítico apreciamos comparativamente las operaciones de la historiografía y de
la narración, en función de una posible integración de perspectivas:
INTENCIONALIDAD
HISTÓRICA
DIFERENCIAS
Y SEMEJANZAS ENTRE LA HISTORIOGRAFÍA Y LA NARRACIÓN
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HISTORIOGRAFÍA |
NARRACIÓN |
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PROCEDIMIENTOS |
Lo explicativo es un
principio autónomo de búsqueda y resultado. Se da por un
desarrollo sobre evidencias, y genera conceptos y juicios. Se busca una
objetividad explicativa sobre sucesos y/o períodos, que genera una
interpretación con pretensión de verdad argumentada. La objetividad tiene
un límite, que depende de la ideología del historiador; éste debe decir sus
presupuestos y validarlos. La explicación apunta
a una comprensión de la acción de individuos. El mundo, en ese desarrollo de
causas y efectos, igualmente afecta a los individuos. De ahí que nuestra
realidad como personas, tenga una gran relación con nuestro ser histórico (3). |
Lo explicativo es
inherente a la narración. Hay que seguir descriptivamente lo narrativo hacia
posibles explicaciones sobre tramas y
carácter de los personajes. Importa la
particularidad del relato, como suceso ordenado bajo ciertas leyes internas
que dan suspenso, como drama, comedia, y otros. Interesa para el
relato, que el espectador suspenda su incredulidad, y por ello cuenta la
historia con verosimilitud (mímesis - identidad narrativa) El mundo aparece como
algo imaginario, con cierta coherencia interna, haciéndose. (Por medio de la
Ficción) Los individuos, los
lectores, pueden abrirse al mundo histórico desde tramas y personajes (hacia posibles
cruces y claves explicativas) |
|
ENTIDADES |
Objetos apropiados a
la explicación. Ejemplo: la nación argentina en un período, la economía de
una nación, la familia. Son entidades generales |
Lo narrado refiere a
agentes personales, a sujetos. ¿Puede otorgarse a
una nación cierto carácter de personaje? Sí. Domingo Faustino Sarmiento, une
a Facundo con parte de la nación argentina, hace biografía y sociología, como
algo en conjunto para explicar. Por eso su texto comunica los dos niveles en
juego: historiografía y biografía, como cierta forma de relato, al contar la
vida del caudillo Facundo |
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TEMPORALIDAD |
En principio, el
tiempo no tiene necesariamente un vínculo con la memoria de lo individual.
(pero puede tenerlo) Se ordena el tiempo
por intervalos homogéneos que implican causalidad. (Relación con explicar) Hay distintos tiempos
en juego, bajo esa homogeneidad: la larga duración, el período, la coyuntura,
el acontecimiento. La temporalidad
(narrativa) del lector puede abrirse a la temporalidad de la historiografía,
en un esfuerzo interpretativo y en una comprensión de sí, y del mundo. |
El tiempo es el de la
acción que ofrece la evolución de los personajes. Como orden, el tiempo
se concentra y también se elide para dar siempre una unidad que implica un
relato más corto que la historia. Todo eso da fuerza a
la unidad del relato, como tensión entre la armonía buscada, y las fuerzas
discordantes, desde peripecia y cambio (estética – poética). Todo ello conecta o
supone posibles explicaciones, al analizar el curso del relato. Y re-crea la
temporalidad del lector. |
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SEGUNDO
MOMENTO DE LA COMPARACIÓN: INTERCAMBIOS
Y RELACIONES ENTRE
HISTORIOGRAFÍA Y NARRACIÓN |
Explicar, puede ser
el resultado de adoptar un punto de vista narrativo cómico, trágico, etc. Aunque el historiador
siempre está ante hechos, archivos, documentos, etc. y los interpreta, los
trae de alguna fuente, y los eleva a comprensión y sentido conceptual en el
tiempo, como una conexión entre el pasado y su presente. Los historiadores pueden tener un punto de
vista trágico, irónico, épico, en la trama que construyen para explicar los
hechos (4). |
Narrar es una forma
de explicar, y ello ocurre desde la lógica de la trama. Por ello la narración
conlleva hacer un juicio, que está en juego en la interpretación. |
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El historiador puede
jugar con diversidad de explicaciones, pero suponemos que intenta
acompasarlas en un todo coherente. Punto
de vista de un narrador que acoge las versiones múltiples, en una polifonía,
y él, como narrador, entra dentro de ella, con su visión particular. Girar en
torno a un acontecimiento trágico y desdoblarlo en múltiples caras
explicativas, y al mismo tiempo, parciales, de un todo que hay que seguir
abriendo. Sentidos políticos, éticos, psicológicos, sociales, ideológicos en
juego. El autor como un demiurgo que encanta. Y nos induce también a pensar
(5). |
La historia contada
juega con resultados variados, según criterios del escritor. Ella depende de lo
que la fantasía del escritor quiera hacer para dar lugar a diversos sentidos
de su relato (6). |
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Las entidades tienen
en cierta forma la marca de los agentes concretos, pero ello sólo en alguna
medida, porque la historia no acontece simplemente, únicamente por ellos y su
acción. La historia tiene una consistencia ontológica, como proceso humano y
general de una sociedad |
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2
Historia
vida cotidiana y emancipación
AGNES HELLER
El planteamiento que
resulta de este cuadro comparativo, ostenta una importante relación cognoscitiva
de diferencia y semejanza entre historiografía y narración, que permite crear
explicaciones y expresiones profundas y vívidas de una época o sociedad. Y esto
depende de la revelación heurística que muestra la original afinidad entre
narración, historia y vida cotidiana. La filósofa Agnes Heller lo argumenta de modo
similar a Ricoeur. La historia amplia que el historiador trata de comprender
con su escritura, tiene su origen y
sentido en la vida cotidiana, en aquella vida cotidiana que es retomada por las
narraciones y que ostenta un sentido esencialmente temporal. (Heller.1997. 49 y stes). Toda acción, se
orienta a un fin. Eso que todavía no se ha alcanzado. Es el futuro. Pero a su
vez, sin futuro, no hay presente. Tenemos que dibujar el futuro, a una
distancia equivalente a la que hay entre nosotros y nuestros fines cotidianos. Por
ello es importante la memoria de los seres humanos, y su transmisión y
recreación por distintos medios. La memoria trae al presente aquello que en
alguna medida lo enriquece existencial y éticamente, para proyectar el futuro.
Y esto es cotidiano, y ocurre en la experiencia de cualquiera de nosotros.
La historia no es una determinación absoluta sobre los hombres, tiene una causalidad compleja, económica, política, cultural, y está siempre abierta a que en su seno se den desenlaces variados; pero, allí, en el contexto de las determinaciones y entidades complejas del devenir social, siempre se dará la libertad de los sujetos en juego con ese contexto, allí importan los seres humanos de carne y hueso, con su libertad y su acción. La vida cotidiana, entendida desde el anterior sentido, supone una comunión, que refiere a los diferentes presentes en juego, al acontecimiento que sucede siempre como un conmutador de la comunión social. Y que a veces se proyecta novedosamente buscando el cambio o acumulando las tensiones sociales hacia su explosión. La comunión -yo y el otro, mi familia, mi trabajo, mi barrio, mi patria-, están enraizados en la vida cotidiana. Esto supone el ser y estar en el mundo, como una condición ontológica en la que nos movemos todos, y particularmente, con el tiempo que nos atañe y nos lleva hacia la muerte, pero también hacia el legado que daremos. Implica siempre, de forma efectual y fáctica, la historicidad, el “Ahora mismo”, el “Mientras tanto”, el “Después”, o el “Antes” (Heller.1997.50).
AGNES HELLER
Los momentos reales y
vivenciales del tiempo, suscitan la necesidad de comprender por parte de un ser
humano, en una circunstancia temporal de su vida y de la de sus semejantes que
son su reflejo necesario, contradictorio o armónico. Entonces se abre aquella
necesidad de muchas maneras, con los ojos o la acción, con el logos o el
símbolo. O aún más, de comprender por parte del arte narrativo, de la
historiografía y de la filosofía de la historia. Por ello, todos somos
filósofos de la historia en algún grado de su posible proyección desde y sobre
nuestras vidas. La consecuencia de este horizonte de la comprensión, es la
responsabilidad compartida, y la subsecuente responsabilidad humana de
interpretar los valores en relación con el presente histórico y el futuro.
Por todo lo expuesto, se
patentiza para nosotros la necesidad de una filosofía de la historia. Diremos
que en esencia, en el marco de las explicaciones historiográficas se juega la
crítica y la valoración posible de lo emancipativo, en el contexto de los
conflictos internos de una sociedad en particular o de la humanidad, como un
proceso siempre en juego, que no es un resultado definitivo, pues puede haber
retrocesos políticos y sociales, como efecto de los intereses de poder en juego,
o de catástrofes producidas por la naturaleza o por el ser humano (7). Pero aun
así, este proceso tiene un carácter emancipativo y liberador, que la filosofía,
junto con las ciencias humanas y sociales, puede y debe valorar críticamente
(8).
3
Cine Literatura y Sociedad
En la
investigación que realizamos junto con la profesora María Teresa Pérez sobre
cine latinoamericano, literatura y sociedad (2018), intentamos tejer relaciones
entre historiografía y narración fílmica, desde diferentes temáticas: 1) la
nación y el territorio, como proceso de formación en algunas de las repúblicas
latinoamericanas, 2) balance parcial de ciertas dictaduras del siglo XX, 3)
familia y sociedad 4) y los universos
femeninos. Todo ello en un marco temporal que puso un acento importante en el
siglo XX, y bajo una hermenéutica que dialoga entre los linderos de las dos
disciplinas en juego, la crítica fílmica o literaria, y la historiografía,
buscando ampliar con ello unos sentidos comprensivos. Entonces aparecían
recurrencias simbólicas o ideológicas, evidenciadas por diferentes tratamientos
explicativos o narrativos, como una empresa que al mismo tiempo recogía aportes
de historiadores, filósofos o sociólogos, como relaciones circulares que
nosotros intentamos comprender desde nuestra propia visión. Un ejemplo de ello
es la correlación que surge entre el machismo y el patriarcalismo, en relación,
primero con las dictaduras del cono sur –analizadas desde la guerra fría y la
lucha de clases-, y en segundo lugar,
con las narraciones sobre familia y mujer.
Ahora bien, las
explicaciones históricas que surgen frente a las dictaduras, junto con las
visiones personales de los narradores fílmicos o literarios, nos ofrecen un círculo
más amplio de comprensión, si las relacionamos con los universos femeninos y
con el devenir de la familia en Latinoamérica. (9). Todo como una interrelación
hermenéutica entre historiografía, narración literaria y expresión fílmica. En
otras palabras, como un acercamiento que puede repetirse indefinidamente en
tanto es un juego entre la situación temporal del historiador, su intento de
explicar y comprender, y el movimiento mismo de la historia que proyecta este
proceso hacia el infinito. Y según el juego de la temporalidad existente entre
el mundo del historiador y el mundo pasado que él intenta comprender. Con lo
cual se aproxima indefinidamente, en un movimiento temporal interminable, el
pasado y el presente; que aparecen siempre en un devenir hacia el futuro, hacia
lo que adviene, y con ello, hacia la realización humana y sus avatares, su
progreso y esperanza, en la dialéctica de las posiciones culturales, políticas
y económicas que buscan conservar tradiciones selectas de emancipación, o
hacerlas fracasar nuevamente. Y entonces, con Marx podemos confirmar la
siguiente visión:
“Los hombres hacen su
propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias
elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se
encuentran directamente, que existen y transmite el pasado. La tradición de
todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los
vivos”. (Marx. 1974. 23)
Concluimos estas
reflexiones con el siguiente juicio: al tratar de revolucionar el orden de cosas, -en cualquier
sentido- los hombres del presente, siempre se encuentran con los espíritus del
pasado. Y estos les ayudan. Lutero se disfrazó de apóstol Pablo, según Marx.
Pero también diremos nosotros, que el cura Miguel Hidalgo, en México, se
encontró con los espíritus del pasado, cristianos, que le permitían en cierta
coyuntura, trabajar ideológicamente contra la metafísica reaccionaria de la
Iglesia oficial, para proyectar una lucha revolucionaria y libertaria. Y de la
misma forma luchó el linaje de Túpac Amaru en el Perú, acudiendo a la ayuda de
los espíritus de los Incas.
FILME CORONACIÓN
NOTAS
1 “…el relato
configura el carácter duradero de un personaje, que podemos llamar su identidad
narrativa, al construir la identidad dinámica propia de la historia contada. La
identidad de la historia forja la del personaje. Esta coordinación entre la
historia contada y el personaje fue defendida, por primera vez, por Aristóteles
en su Poética. De hecho, dicha
coordinación parece aún mayor en este texto, pues adopta la forma de una
subordinación. En efecto, en la historia contada, debido al carácter unitario y
completo que le confiere la operación de
elaborar la trama, el personaje conserva, a lo largo de la historia, la
identidad correlativa a la de la propia historia”. Paul Ricoeur. “La identidad
narrativa”. En Historia y narratividad.
Paidós. México. 1999. Pg. 218.
4 Según el
historiador Hayden White, el historiador francés Jules Michelet se enfrenta a
la visión irónica de la historia que tenían románticos como Constant, Novalis o
Carlyle, para rescatar un enfoque metafórico que da identidad fundamental de
las cosas, y del campo histórico mismo. Y ello es lo que le confiere validez
científica a la historiografía. Identidad, en este sentido: hay un aspecto
único del todo, y lo individual funciona en la explicación en relación
simbólica de la unidad del todo; esa unidad es un proceso y una meta por
alcanzar. Por eso la historiografía ha de exhibir el proceso hacia esa meta: la
narración como lucha de la virtud esencial contra el vicio virulento pero
finalmente transitorio, la tiranía y la justicia en juego, el odio y el amor,
el vicio y la virtud, en lucha, con algunos momentos de armonía, como al inicio
de la revolución francesa, en la mira de buscar la unidad final del hombre con
el hombre, con la naturaleza y con dios; dios, la naturaleza, la humanidad en
general, la historia, son metáforas de esa plenitud. Todo esto se da en su Historia de la Revolución Francesa.
(Págs. 148-149. Metahistoria).
6
En
el filme Camila, (Dir. María Luisa Bemberg.
1984), la “Perichona”, abuela de Camila O´Gorman, se desarrolla como personaje
en una relación singular con Camila, la cual es inventada por la directora del
filme. Desde esa trama, se abre el mundo histórico de la dictadura de Juan
Manuel de Rosas en Argentina. La fantasía es entonces explicativa, y debe ser
interpretada para abrir sus posibles significados. Los dos personajes en
cuestión son históricos, pero su relación ha sido edificada bajo una fantasía
explicativa.
7 La pandemia que
sufrió la humanidad así lo demuestra.
FILME DANZÓN
9 Allí escribimos: “La libertad también se construye en las evoluciones subjetivas de personajes ficticios o reales, que bajo la dramatización narrativa destilan formas intensas de autoconciencia. Como es el caso de los sujetos femeninos en su derivar en medio de sociedades patriarcales, sujetos que sufren y reflejan profundas transformaciones durante el siglo XX. Desde la simbolización femenina de una Veracruz prostituida y manifiesta como misógina perdición de la mujer (La mujer del puerto), hasta una Veracruz liberada, espontánea y artística (Danzón). O en esa dialéctica de la libertad que encontramos en el sino trágico de Violeta Parra, donde emerge ella misma como conjunción existencial de arte y conciencia crítica, en el seno de la tradicional sociedad chilena, y en la entraña de los Andes indígenas, para convertirse en un símbolo de libertad que aunó una labor educadora con la expresión artística, al recoger y proyectar las tradiciones campesinas del canto y la poesía (...) El orden patriarcal, como institución reforzadora del orden oligárquico y de la dictadura –y aquí surge nuevamente como ejemplo el símbolo del macho tiránico de la novela de Vargas Llosa-, puede encontrar una contraparte real, e igualmente utópica, en algunos signos libertarios, todos ellos relativos, pero siempre esperanzadores. Pues ciertamente lo femenino puede ser patriarcal y tiránico, atávico en la preservación del staus quo, y un pequeño ejemplo de ello es otra simbolización que interpretamos en esta investigación: la figura de Elisita en la novela de Donoso (Coronación). Pero en el otro extremo, en la evolución de la familia durante el siglo XX, se encuentran autorreflexiones literarias y fílmicas que subvierten el orden patriarcal y afirman las subjetividades, sean ellas masculinas o femeninas. De esta manera la representación ficcional, histórica o inventada, apunta al gran referente de la emancipación femenina durante el siglo XX (…) O finalmente, los gestos libertarios, y más o menos solitarios, de las mujeres de Calama que buscaban rescatar los restos de sus muertos como una forma de dignidad a reivindicar, ante una sociedad chilena, que como todas sus hermanas de América Latina, ha de transitar desde la memoria crítica de los grandes conflictos sociales del siglo XX, hacia una reflexión que tiene sus intencionalidades prácticas y políticas: la progresiva construcción emancipativa de la democracia y la libertad. (Pérez La Rotta/Pérez Hernández. 2018.460).
BIBLIOGRAFÍA
Paul Ricoeur. Tiempo y narración 1985. Tomo I. Siglo
XXI editores. México.1995.
Paul Ricoeur. Historia
y narratividad. Paidós. México. 1999.
Paul Ricoeur. “La función hermenéutica de distanciamiento”. En Del texto a la acción. Ensayos de hermenéutica II. F.C.E. México. 2000.
Hayden White. Metahistoria. La imaginación histórica de la Europa del siglo XIX. F.C.E. México. 1992.
Arturo Alape. El bogotazo. Editorial Pluma. Bogotá. 1984.
Guillermo Pérez La Rotta / María Teresa Pérez. Cine latinoamericano, literatura y sociedad. Gamar editores. Popayán. 2018.
Carlos Marx. El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte.
Editorial La Oveja Negra. Medellín. 1974.
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